Rosa Arias, acompañada por integrantes de la comisión directiva del Cispren Río Cuarto, y del padre Diego de la parroquia San Roque, participaron de un emotivo momento vivido ayer en el predio del Cispren donde se emplazará la segunda etapa del barrio 7 de junio.
En un sector de ese predio fueron encontrados los restos de Ale Flores hace casi seis años y desde entonces sus familiares fueron llevando juguetes y recuerdos del niño atropellado por un móvil de la policía provincial en marzo de 1991.
Ayer la mamá del pequeño, cuyo caso aún espera justicia, asistió al lugar para retirar una fotografía y otros juguetes del niño que estuvo 18 años desaparecido. También estuvieron las hermanas de Ale: Johana y Mía.
El padre Diego los invitó a rezar una oración y destacó que, además de la memoria colectiva, el caso de Ale nos debe interpelar para saber qué hacemos cada uno de nosotros todos los días para una sociedad mejor.
Angel Ludueña, secretario general del Cispren Río Cuarto, recordó que el barrio 7 de Junio tendrá una plaza que se llamará Ale Flores y, además, habrá una placa y un recuerdo para que su memoria se mantenga viva.
Rosa, sus hijas y también Victor Flores, padre del pequeño, acompañaron con una gran predisposición el acto iniciado ayer en el predio para retirar la pequeña estructura de metal, que incluía una cruz, y dejar lugar a una plaza, un espacio público que mantenga vivo el recuerdo de Ale, muerto a manos de la policía provincial.
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